lunes, 7 de julio de 2008

Infecto mariposa

No hay nada peor que caer de cuclillas a los pies de la enfermedad más infame, léase: la postreridad. Las alubias no alivian el estupor que se experimenta ante tal invasión inesperada de cuerpos extrapolantes que bifurcan el camino minado de minas: tú decides: seduce o suicídate. Dos puntos y Bonapartes iguales o te quedas con la pobredumbre inusitada de silbido afónico de pentagrama sordo.
Chirimbolo tenía canicas para dar y tomar pero prefirió aquel helado de vainilla. El arcángel tenía visagras de sobra pero nunca supo como chirriar su vida. Manitú era manco.

No hay comentarios: