viernes, 22 de agosto de 2008

El Pato Gúnkol

Fredo de verdad, no te soporto más, vete a vendimiar alcauciles en derredor del hedor más consuetudinario. Granito de avena en vena, el Pato Gúnkol afronta el día con su frente diurético en aspas rondeñas. El calibre del cubalibre es tuberíaco, va a sobrar ron, Gúnkol escucha a la soprano de su interior, sobrarán también vasos de plástico y plátanos. Enfila la avenida cojeando a próstata entre la acera y el asfalto, llega al kiosko (donde hay un tío muy hosco y un grafitti del Bosco), compra un paquete de pipas verde melón y lo engulle cual Pato poseído y es que el Pato Gúnkol ni entiende de moda ni entiende de modales ni entiende de pedales... ni entiende. Hay gente "pató"... Gúnkol!!!

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